Los orígenes de Huelma se remontan a los albores de la nuestra civilización. La primera presencia humana se sitúa en torno al V milenio a. C; concretamente al Neolítico Final, reflejado en diferentes vasijas y recipientes cerámicos encontrados en asentamientos naturales como la Cueva del Guadalijar.
En época Ibera fue Puerta del valle del Jandulilla. Queda atestiguado por el descubrimiento de unos de los yacimientos de estatuaría ibera más importantes del a provincia. El santuario Ibero y su estatuaría formaría un complejo arquitectónico, fechado en el s. IV a. C, de primer nivel que daba acceso a un reino ibero cuyo oppidum o ciudad principal, Iltiraka, se situaría en Úbeda la vieja. El Santuario Heróicio de “El pajarillo” fue descubierto en 1993 y declarado Bien de Interés Cultural en 2006.
La romanización se hace presente a través de restos arqueológicos en forma de diversas romanas diseminadas en los alrededores de la actual villa. Aparte de restos cerámicos, se conserva una estructura de época romana, un acueducto.
La invasión musulmana del 711 cambiará totalmente el panorama peninsular, se impondrá a una cultura en declive como la visigoda e inyectará una nueva vitalidad a nuestro territorio.
Durante el califato se hace presente la existencia de varios núcleos de población en este lugar. Walma (topónimo árabe que procede a su vez de Walda al- ma o nacimiento de agua) será un asentamiento de importancia que acogerá familias ilustres como los Banu Yuzzay, señores de Jaén a la postre. La presencia de la Walma islámica se hace patente a través de diversos descubrimientos recientes, entre ellos el de una antigua necrópolis musulmana.
Huelma es frontera
Tras la desmembración del Califato de Córdoba en diferentes pequeños reinos o Taifas, Walma va a formar parte de la Taifa de Elvira que se instaurará en Reino de la mano de los monarcas ziríes.
El avance conquistador de los reyes cristianos, como Fernando III el Santo, chocará con el Reino Nazarí de Granada creado por Muhamad I ibn- al- Ahmar, señor de Arjona, primer monarca nazarí de Granada.
Así, Walma se constituye en los siglos XIII, XIV y parte XV en primera línea defensiva de la frontera entre “moros y cristianos”. Plaza fuerte que defendía pasos tan importantes hacia Granada como el Valle del Jandulilla o el de Sierra Mágina. La fortificación primigenia, antiguo hisn o albacár, data e época almohade del que conservamos la base original.
La toma de Huelma.
La importancia de la plaza fuerte de Walma se hace patente en los diversos intentos y conquistas de esta plaza por parte de castellanos y granadinos. Pero será finalmente del capitán de la frontera de Jaén, don Iñigo López de Mendoza, marqués de Santillana el que la lleve a cabo, tras un asedio y una batalla fuera y dentro de la fortificación, la conquista de este punto estratégico nazarí.
Tras la conquista, ya como la Huelma cristiana, sufrirá asedios, por lo cual ampliará su reciento amurallado, transformándose en una fortaleza de gran importancia en la Guerra de Granada (1482- 1492).
Castillo- Fortaleza de Alburquerque.
Castillo roquero de construcción castellana, puerta y llave del valle del Jandulilla. Fundamental en el control de la frontera nazarí en los siglos XIV y XV, así como en la Guerra de Granada (1482-1492).
En su origen fue un hisn o albacár, castillo rural almohade, protector de una serie de alquerías. Aún en su interior quedan restos de este castillo árabe.
Tras pasar varias veces de nazaríes a castellanos, será conquistado definitivamente el 20 de abril de 1438 por el capitán general de la frontera, don Iñigo López de Mendoza, señor de Hita y Buitrago, marqués de Santillana.
A partir de aquí se reforzará el castillo árabe con un gran lienzo de muralla exterior compuesto por más de 360 metros y torres cada 25 metros. Podemos observar aún parte de estos muros y torres en muy buen estado de conservación.
El actual castillo del s. XVI, fue mandado a construir por miembros de la familia de los Cueva, al heredar este señorío por casamiento de don Beltrán de la Cueva con doña Mencía (hija del Segundo Marqués de Santillana) en 1462
La obra es de mampostería irregular, a excepción de saeteras, ventanas y puerta. Destacan sus dos grandes torres circulares, con buzones de artillería, así como el gran peñasco sobre el que se asienta la construcción.
En su interior podemos admirar los restos del antiguo hisn musulmán, utilizado como aljibe y patio de luces en época moderna. Podemos observar los vanos o menchinales en las paredes que nos indican las tres altras que dispuso este castillo, amén de un paso de guardia que haría más potente la imagen del castillo de Alburquerque.
Emblema del poder político ducal, a sus pies se desarrollará la villa de Huelma en los siglos XVI y XVII. Declarado Bien de Interés Cultural en 1985.
Huelma es Renacieminto del Sur.
Tras la conquista de Granada en 1492, comienzan a desarrollarse importantes villas que habían estado limitadas por su carácter fronterizo. En su engrandecimiento y embelleciemiento van a participar los poderes civiles y los eclesiásticos. Reflejo de esto en Huelma, será la Construcción de la Iglesia de la Inmaculada Concepción a partir de los años treinta del siglo XVI.
La actual parroquia es uno de los ejemplos más notables de la arquitectura religiosa del siglo XVI de toda la provincia de Jaén. Ello es debido a varios motivos: por un lado, intervendrán en su fábrica lo más importantes arquitectos y canteros del momento: Diego de Siloé, Juan de Maeda, Andrés de Vandelvira o Francisco del Castillo “el Mozo”; lo que se traduce en su arquitectura que irá desde los últimos planteamientos góticos hasta los más avanzados diseños manieristas, dominando el renacimiento más clásico.
Tras su portada sur, que nos recuerda a los palacios italianos renacentistas, nos adentramos en su interior.
Iglesia de planta de salón, compuesta de tres naves y por seis pilares cruciformes. Podemos diferenciar dos proyectos: un primer Proyecto que incluiría el prebisterio y el primer tramo donde se mezclan formulas decorativas renacentistas como los casetones de la bóveda sobre el altar mayor, con cubiertas góticas de crucería. Diseño relacionado con la presencia de Diego de Siloe y Juan de Maeda. Y un segundo proyecto, del más puro clasicismo, donde podemos observar el pilar corintio valdelviriano, bandera del renacimiento del sur en tantas iglesias y catedrales. Sin olvidar la belleza iconográfica de sus bóvedas baídas realizadas, las principales, por el escultor y arquitecto Francisco del Castillo.
La Iglesia de la Inmaculada Concepción es una “pequeña joya” del Renaciemiento del Sur fundamental en la valoración patrimonial e histórica de Huelma.